domingo, 14 de diciembre de 2014

2015 - las campañas de los 1000 millones

Todos lo negarán. Porque hay cifras que no se pueden pronunciar en voz alta. Pero los principales aspirantes a la Prtesidencia gastarán el año próximo un mínimo de $500 millones. Eso, para hacer una campaña aceptable, porque los que se vean con chances ciertas de ganar superarán los $1000 millones. 

¿Y el techo? El cielo es el límite, según los cálculos de los candidatos, operadores, funcionarios, empresarios que ya aportaron -o al menos ya comenzaron a ser abordados- y recaudadores de las actuales y anteriores campañas que dialogaron con LA NACION en los últimos tres meses.

Las cifras pueden parecer un despropósito para el lector desprevendio. Pero basta con recordar que la campaña de 1999 de la Alianza rondó los US$100 millones. ¿A cuánto equivale aquella cifra hoy, sea dólar oficial o blue? ¿O ajustada por inflación -Indec o real- o por el crecimeinto del producto bruto interno (PBI)?

El monto, claro está, resulta muy superior a las cuentas oficiales de cada campaña que verifica la justicia electoral. Pero ninguno de los más de 40 informantes consultados por LA NACION tomó esas rendiciones en serio. Las consideran una formalidad sin asidero en la realidad.


¿Y cómo se maneja tanto dinero sin registro? Mucho, en bolsos; otro tanto, con cheques que se cobran en cuevas, como implementó el Frente para la Victoria (FPV) en 2007, con el dinero de Sebastián Forza, entre otros.

En los papeles y para la contienda de 2013, el FPV declaró gastos por $ 22,5 millones en el territorio bonaerense frente a los $ 12,2 millones que declaró el por entonces candidato a diputado nacional Sergio Massa. Pero la realidad fue muy distinta: uno de los candidatos distribuyó más de $ 15 millones sólo entre sus fiscales pagos -que complementaron a los voluntarios- para cubrir las cerca de 35.000 mesas de la provincia, ejemplificó uno de los armadores de aquellas elecciones. Y esa cifra no incluyó lo que destinó a viandas y transporte.

¿Otro ejemplo? Durante el último mes de aquella campaña caliente, el FPV gastó $ 9,6 millones en carteles en la vía pública, según una auditoría de la Cámara Nacional Electoral, aunque el oficialismo declaró $ 2,6 millones en ese rubro para toda su campaña.

Aquella contienda de 2013 apenas será un canapé, sin embargo, comparada con 2015. Fue una elección de mitad de mandato y en una provincia, la de Buenos Aires, que, aunque sea la más importante y habitada del país, no se compara con una puja nacional. Por eso las cuentas se potenciarán aún más en los próximos meses, adelantan todos los consultados por LA NACION, cuando se abarque todo el país y esté en juego la Casa Rosada. Por eso es que los que afilan lápices estiman que sólo en fiscales cada candidato podría consumir hasta 100 millones de pesos.

pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACION, acá y acá.

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