domingo, 25 de mayo de 2014

Capdevila - supuestas amenazas; eventual testimonio

Sentados en el café Martínez de Avenida del Libertador y Oro, el ex director general de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía José Guillermo Capdevila le contó a un fiscal sobre las amenazas que, dijo, habían sufrido él y varios familiares. Le informó que se iba del país. El fiscal le retrucó que se presentara ese mismo día en los tribunales de Comodoro Py, adelantara su testimonial y luego se marchara. Despuntaba la mañana del lunes pasado, 19 de mayo, y la respuesta de Capdevila no dio margen: "Me voy en una hora".

Junto con las valijas, en el Buquebus en el que viajó a Uruguay, Capdevila se llevó múltiples interrogantes. El primero: ¿qué más podía aportar a la causa? Él cree que quedan muchos temas por responder y parece dispuesto a hacerlo. Sostiene que en marzo de 2012 no le preguntaron todo lo necesario y que "ahora la situación es muy distinta", una definición que podría intranquilizar al Gobierno, pero en particular al vicepresidente Amado Boudou, quien podría ser el principal afectado con una nueva declaración suya.


"Si ahora el juez tiene otras preguntas o considera que mi testimonial es incompleta dados los nuevos elementos que se acumularon en el expediente desde 2012, yo podría explayarme sin tampoco moverme un centímetro de mi anterior declaración", dijo a LA NACION por Skype. Acaso, también, pase por su énfasis para afirmar ciertos datos, ahora que ya no trabaja en el Palacio de Hacienda. O para exponer que cuando estalló el escándalo les pidieron buscar antecedentes similares a la nota que firmó Boudou a favor de la nueva Ciccone. "No encontramos. No hay", remarcó. Según la defensa de Boudou, no podría aportar nada nuevo sin contradecirse con su testimonial del 19 de marzo de 2012.

Capdevila afirma ahora que piensa declarar. Pero para cuando se encontró el lunes con un fiscal, ya llevaba un día con su decisión tomada de irse. La adoptó el domingo 18, luego de que un auto, según su versión, intentara encerrarlo en una rotonda. Y ya barajaba esa opción desde hacía más de 10 días. A tal punto de que el viernes 16 se reunió con diplomáticos de una poderosa embajada del hemisferio norte con quienes evaluó las opciones, según reconstruyó LA NACION. La sensación que dejó era de un hombre "con demasiada ansiedad".

pd: el resto de la nota publicada hoy en LA NACIÓN, acá.

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