domingo, 17 de marzo de 2013

"Soy Bergoglio, cura"

“Hola, ¿qué tal? Soy Jorge Bergoglio, cura”. Simple y llana la presentación, el hombre que llegó del "fin del mundo" al Vaticano no gusta de dar rodeos. "Quirúrgico", lo define un ex pupilo al recordar sus pocas pero decisivas palabras que lo marcaron de por vida. "Silencioso y humilde", lo define un sacerdote, hoy en África. Corto de palabras hasta para definirse, ¿quién es el nuevo papa? Si hasta se dio “Francisco” por nombre, por el de Asís, cuando el referente máximo jesuita es San Ignacio de Loyola. ¿Quién es Bergoglio?


El resumen lineal es el siguiente: hijo de inmigrantes italianos, familia trabajadora, escuela pública, llamado de Dios a los 17, seminario a los 21, escalas varias en países varios, ordenación cuatro días antes de los 33, carrera meteórica en la Compañía de Jesús, enfrentamientos varios con presidentes varios, conservadurismo doctrinario y progresismo social, y batacazo. ¿Lo sintió venir?

"Lo vi por última vez hace 25 días. El abrazo que me dio fue algo especial", rememora el padre Gustavo Antico, de la iglesia Santa Catalina de Siena, que conoce a Bergoglio desde 1984, cuando el hoy Papa lo envió a codearse con los chanchos. "Fue un abrazo largo, afectivo, de esos que te da un hermano, un amigo, y que en algún punto me resultó inesperado e inmerecido. Ese gesto leído hoy lo siento providencial. Al día siguiente, renunció Benedicto XVI."

Antes de convertirse en Francisco, Bergoglio dejó muchas huellas. Algunas grandes, otras controvertidas. Capaz de un humor inesperado -como reclamarle a un goleador de su amado San Lorenzo que para qué se retiró si después no le metían un gol ni al arcoíris-, pero también de ocuparse durante meses de un muchacho amenazado en una de las tantas villas de Buenos Aires. Férreo impulsor de los curas villeros y la lucha contra las drogas, y de una espiritualidad muy profunda, pero orientada a la acción, bien jesuítica. Eso y más surge de las piezas del rompecabezas que aportaron sus íntimos, su familia, sus amigos y rivales dentro de la Compañía, sus discípulos dentro de la Iglesia, referentes de otros credos, y muchos otros a LA NACION desde que "Bergoglio, cura" pasó a convertirse en el hombre llegado a Roma para gobernar la Iglesia Católica.

pd: el resto del perfil publicado hoy en LA NACIÓN, acá, acá (por Santiago Dapelo), acá (por Pablo Gaggero) y acá (por Gabriel Di Nicola).

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