lunes, 5 de noviembre de 2012

Político pobre, pobre político

"La moral de la vida pública no tiene que ver con los diez mandamientos, ni con las cuitas de las almas nobles. Tiene que ver con la eficacia y la eficacia suele tener las manos sucias y el alma fría", le espeta don Galio Bermúdez, asesor del secretario de Gobierno del PRI (y responsable de los sótanos, de lo más oscuro y sórdido, de aquello que nadie quería ver de -pero todos querían "solucionar" en- México) a Vigil, el aún ingenuo protagonista.


-¿Quiere decir que está de acuerdo con el saqueo sexenal de nuestros políticos?, lo desafía este. ¿La honradez está reñida con la eficacia?

-No rebaje mis argumentos, promesa -dijo Galio-. Y no juzgue tan apresuradamente lo que nos pasa. [...] No hay mérito que valga. Hay que sobrevivir, como sea, a la estampida de la nueva manada sexenal, que a su vez viene arrasando lo que encuentra. ¿Por qué no habrían de forrarse de dinero los que saben que su única oportunidad es el sexenio que les toca? Sólo por razones morales. La razón política indicaría exactamente lo contrario: si se quiere conservar algún poder y no ser arrasado del todo, incluso en la vida personal, por la nueva manada, hay que forrarse de dinero en el sexenio que les toca. Como dicen por ahí: un político pobre es un pobre político.

(Extracto de "La guerra de Galio", de Héctor Aguilar Camín, Alfaguara, 1989).

Librazo (considerado uno de los mejores libros mexicanos de los últimos 25 años).

pd: link a la versión .pdf del prólogo y el primer capítulo, acá.

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