lunes, 3 de septiembre de 2012

El último gran escape

Sólo para gozar. Aquí les va el arranque de una exquisita crónica de Patricia Ortega Dolz en el diario El País de España. Porque se puede informar y entretener con, además, una pluma estupenda:

Agotado por el odio, harto de vivir “como un perro”, cansado de buscar rendijas por las que escabullirse, decidió planear su última fuga a conciencia. La última gran escapada de Garfia, el preso más peligroso de España, fue la de sí mismo: “Ya no soy Garfia, soy Juanjo”.


A Juan José Garfia Rodríguez (Valladolid, 1966) le costó tres asesinatos, cinco atracos, 26 años en prisión, el secuestro de un teniente coronel, una huelga de hambre, más de diez motines, y dos fugas convertir su apellido en una marca carcelaria, la mejor, la más respetada, la más temida, la más detestada y la más venerada (según se mire de un lado u otro de la ley). Tanto que todavía hoy, cuando ya ha renunciado a su patente, le siguen preguntando por ella por la calle. Media vida empleada a fondo en crear un mito entre barrotes para disolverlo después, para borrarlo para siempre, para empezar de cero por voluntad propia y no porque le trasladaran de prisión o porque nombraran a un nuevo alcaide en la suya. La gran huida de Garfia, la verdadera, empezó el día en que quiso ser Juanjo, a secas.

pd: el resto de la crónica de El País, acá.

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