viernes, 22 de junio de 2012

El teniente Gamboa

“El héroe más puro de esta novela”, remarca el escritor español Javier Cercas, es el teniente Gamboa, “capaz de demostrar con su comportamiento que, en una institución podrida, reflejo de una sociedad podrida, el  éxito auténtico reside en la derrota”.

Ése es el eje central de “La ciudad y los perros”, el librazo de Mario Vargas Llosa que analiza Cercas y que cumple 50 años desde su lanzamiento con galas de honor por la Real Academia Española.


Sin embargo, en su análisis “La pregunta de Vargas Llosa”, Cercas va más allá de la cuestión de la pureza o él éxito en la derrota. “Formulada con expeditiva tosquedad –escribe–, la pregunta podría ser esta: ¿basta la fidelidad sin fisuras a una determinada escala de valores para actuar correctamente, para alcanzar algún tipo de decencia moral, alguna clase de salvación ética?”.

Esa es la pregunta decisiva que subyace en “La ciudad y los perros”, la reformulación de la ética de la convicción delineada por Max Weber en contraposición con la ética de la responsabilidad, que a menudo deriva en la práctica en el relativismo moral.

Y es la pregunta, también, que subyace muchas veces cuando llega el momento de encarar una investigación sobre hechos de corrupción política o empresarial en la que el juez, el fiscal o el periodista sabe, de antemano, que tiene todas las de perder.

pd: el estupendo análisis de Cercas, acá.

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