sábado, 16 de julio de 2011

Sadous y la perversión del sistema

El ex embajador (formal) argentino en Venezuela, Eduardo Sadous, fue citado a prestar declaración indagatoria por el presunto delito de "falsa denuncia" en perjuicio de funcionarios públicos.

Síp, aunque parezca increíble, y como ocurrió también con Mario Pontaquarto en las “Coimas del Senado” y tantos otros en tantas otras causas en las que contaron la verdad, Sadous pasó de denunciante/testigo/acusador a sentarse en el banquillo de los acusados.

El juez federal Rodolfo Canicoba Corral fijó la indagatoria del Sadous para el 9 de agosto, para beneplácito de quien ahora lo acusa: el ex recaudador de la campaña presidencial K de 2003, ex titular del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) y ex embajador (real) en Venezuela, Claudio Uberti.

Claudio Uberti (segundo desde la izquierda), Alfredo Scoccimarro (vocero entonces de De Vido, luego de Néstor Kirchner), Julio de Vido, en una reunión con los Olazagasti

Sadous había denunciado la existencia de una "diplomacia paralela" entre la Argentina y Venezuela, protagonizada por Uberti y otros colaboradores del ministro Julio De Vido, para manejar negocios de exportación de maquinaria que se concretaban mediante el presunto pago de comisiones ilegales.

Pero como suele ocurrir, los mismos empresarios, diplomáticos y funcionarios argentinos y venezolanos que cuentan al periodismo lo que ocurrió con lujos de detalles, antes que confirmarlo en la Justicia son capaces de incendiarse al mejor estilo bonzo.

Así, lo que tantos saben que es cierto sobre la “embajada paralela” que investiga el juez federal Julián Ercolini no avanza, pero quienes saben callan o hasta mienten hasta dar vergüenza ajena en el otro juzgado, el de Canicoba Corral.

Y esto lleva a una situación ridícula: lo que todos niegan ante la Justicia continúa en marcha. Si no, basta con recordar los cables diplomáticos secretos de Eduardo Sigal sobre las gestiones “paralelas” (otra vez la maldita palabra) que envió al entonces flamante canciller Héctor Timerman.

En esos cables, Sigal señaló por su nombre y apellido al sucesor de Uberti en las gestiones bilaterales. Porque caído el “señor de los peajes” (tal su apodo) tras el estallido del escándalo de la valija junto a Guido Alejandro Antonini Wilson, quien tomó las riendas “paralelas” fue el secretario privado de De Vido, José María “el Vasco” Olazagasti. El mismo que, vale recordar una vez más, es señalado como quien destrabó el ingreso de Antonini Wilson a la Casa Rosada.

Una perversión más del sistema.

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