jueves, 21 de abril de 2011

Ego, el motor humano

Gran reportaje del Financial Times a uno de los mayores estafadores de la historia, Bernie Madoff. Basado en uno de los sistemas más viejos –conocido como “Ponzi”, por otro gran perpetrador-, es tan simple como prometerle al inversor A grandes retornos, que se pagan con lo que aporta B ante la misma promesa de grandes retornos, al cual se le paga, ya junto a A, con el dinero de C, al que a su vez, junto a A y B, se le paga con el dinero de D. Funciona, claro, mientras siempre haya nuevos inversores dispuestos a encarnar el siguiente eslabón de la cadena. Y en el caso de Madoff, reventó cuando llegó a los US$ 65.000 millones.

Hay tres momentos clave, para mí, en el reportaje: 1) cuando le preguntan por qué, cuando todavía era posible, no le devolvió su dinero a los inversores y se retiró a lo grande sin que nadie lo pescara. “Ego”, respondió; 2) cuando le preguntan cómo se explica que la rueda girara sin que los inversores o sus competidores percibieran la trampa: “Yo era grande, creíble”, argumentó; y 3) cuando le preguntan por qué los órganos de control (como la SEC) no lo pescaron, su respuesta fue lapidaria: “Pasan demasiado tiempo detrás de las infracciones menores y nada tras las grandes firmas y los bancos de inversión”.

Cualquier similitud con la lucha contra las drogas o los servicios de seguridad y contralor argentinos es, claro, mera coincidencia.

pd: el estupendo reportaje (en inglés) del FT, acá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario