sábado, 20 de noviembre de 2010

Un testigo molesto para Echegaray

A un año de la aparición del video que confirmó el ingreso de Guido Alejandro Antonini Wilson ala Casa Rosada dos días después del decomiso de la valija con US$ 800.000, la investigación de la Justicia continúa su silenciosa marcha con más novedades incómodas para el poder.

Un funcionario desplazado de la Dirección General de Aduanas se presentó ante el juez en lo Penal Económico, Daniel Petrone, y complicó al entonces titular del organismo, Ricardo Echegaray. Detalló que el actual jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ya estaba “al tanto de todo” durante la madrugada misma del decomiso.

El testigo, Gustavo Pagano, resultó un eslabón clave durante la madrugada del sábado 4 de agosto de 2007. Por entonces era amigo de Echegaray -con quien compartió el colegio secundario y luego siguió a la Aduana desde el área de relaciones institucionales-, y también era “amigo personal” de Jorge Lamastra, el aduanero de turno aquella madrugada en el Aeroparque.

Pagano relató que Lamastra lo llamó poco antes de las 5 de aquel sábado –cuando comenzaba el conteo de los dólares-, necesitado de instrucciones y del apoyo de sus superiores.

“Lamastra me lo comunicó para que yo se lo comunicara a Echegaray”, insistió Pagano. Y ante la pregunta sobre la razón de semejante pedido, no dudó: había “funcionarios argentinos con pasaportes diplomáticos” involucrados.

Liderado por el titular del Órgano Contralor de las Concesiones Viales (Occovi), Claudio Uberti -señalado por empresarios argentinos y venezolanos como el embajador “paralelo” ante Venezuela-, el vuelo declarado como de “Presidencia argentina” incluyó a otros dos pasajeros con pasaporte oficial: su secretaria, Victoria Bereziuk, y el titular de Enarsa, Exequiel Espinosa.

Pagano llamó a Echegaray cerca de las 5, aunque no logró comunicarse. Un par de horas después, cuando sí logró hablar con su jefe, subrayó, ya “estaba al tanto” del decomiso.

Para entonces, toda la plana mayor de la Aduana ya se había movilizado. Habían llegado al Aeroparque la superiora de Lamastra, Cristina Gallini; el jefe de la División Aeroparque, Guillermo Lucángeli; y la responsable de Ezeiza, Rosa Nélida García.

Según declaró Antonini ante la Corte Federal en Miami, Gallini le aclaró que debía seguir sus órdenes cuando él dijo en voz alta que la valija no era suya y mucho menos los dólares que contenía: “Cállese, que yo vine para arreglar esto. Puedo irme de acá ya mismo y no se solucionará nada. Usted elija”. Algo que ella negó ante la Justicia argentina.

A esa hora, mientras tanto, Uberti ingresaba en la quinta presidencial de Olivos, donde se reunió con el entonces presidente Néstor Kirchner, aunque sólo para informarle de los resultados de su viaje a Caracas y obvió por completo el decomiso, según declaró ante la Justicia.

En las horas que siguieron, Uberti también llamó a Echegaray –pero sólo por consultas, declaró, sobre los acuerdos comerciales por firmarse con Venezuela-, con su jefe directo, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido –el único al que sí le informó sobre la valija repleta de dólares-; con el entonces ministro del Interior y actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; y con el director general de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SIDE), Jaime Stiusso.

pd: el texto completo, acá.

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