miércoles, 26 de mayo de 2010

La laaarga siesta charrúa

Y de repente, los uruguayos se despertaron de su tranquila y laaaarga siesta judicial.

Ocurre que ahora parece que una fiscal pidió citar a un testigo para preguntarle algunas cosillas sobre la operatoria comercial en Montevideo que tuvo a Guido Alejandro Antonini Wilson como uno de los protagonistas.

Los otros protagonistas son más o menos conocidos. Entre otros, Norberto Barcos (su amigo y abogado que hace un par de semanas declaró en la Argentina), Franklin Durán (su ex socio y compadre que la Justicia estadounidense condenó por actuar como agente encubierto venezolano en Florida) y Alejandro Lagrenade (el rostro visible de Umissa, la empresa que acordó construir casas prefabricadas a cambio de más de US$ 150 millones de la petrolera estatal venezolana PDVSA).

Alejandros. Antonini y Lagrenade.

Ahora bien, ¿qué quieren saber los investigadores uruguayos a tan sólo 2 años y medio del "maletinazo" y más tiempo aún desde que se firmó el contrato de Umissa? (Nótese la fina ironía con que aludo a la celeridad charrúa para investigar cuando de $$$$ se trata).

Pues tras una denuncia radicada por legisladores de la oposición en noviembre de 2008 (apenas un año y medio atrás), quieren revisar por qué y para qué viajó Antonini a Uruguay, quiénes negociaban con él y si había interlocutores desde el gobierno del entonces presidente Tabaré Vázquez, entre otros puntos.

Aclaración: en Uruguay hubo otra puja tribunalicia, pero fue entre Durán y Lagrenade. El primero lo acusó de quedarse con US$ 18 millones que eran de él; el segundo acordó pagarle cerca de US$ 2,4 millones. Cierre del pleito

pd: más datos acá, acá y acá.

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